Ana Jurka va camino a Qatar 2022

Sus orígenes

Ana nació en Tegucigalpa, capital de Honduras. Su padre murió cuando ella tenía cuatro años por lo cual su madre asumió sola la crianza de Ana y sus otros tres hijos. Ana tenía catorce años cuando su madre decidió venirse a los EE. UU. para poder atender las necesidades de sus cuatro hijos que iban creciendo. “Cuando mi madre se vino fue duro hasta que todos los hermanos nos organizamos. Yo asumí el rol de madre de mi hermanita menor que es solo tres años menor que yo. Ella siempre me dice que yo soy su segunda mamá”, cuenta Ana.

“Los mejores años de mi vida los pasé en La Ceiba, en la costa norte de Honduras. Me la pasé increíble comiendo el arroz con coco. Allí el coco es un ingrediente para los frijoles, el pan, el pescado frito. Cierro los ojos y recuerdo lo máximo que fueron los dos años que yo viví en la costa”, recuerda. Ana admite que baila “punta”, ritmo característico de la costa hondureña. “Sopa de Caracol, es por ejemplo en ritmo de punta. Yo intento bailarla. Pero, lo hago con respeto absoluto a los garífunas, nuestra población afrodescendiente en Honduras”.

Ana Jurka destaca la cultura garífuna de la costa norte de Honduras.

Siente impotencia

Ana no oculta sus sentimientos sobre al ver las imágenes recurrentes de hondureños poniendo en riesgo sus vidas para llegar a los EE. UU. “Impotencia es la única palabra que podría yo utilizar para expresar mis sentimientos. Yo veo que muchos vienen con la esperanza de una vida mejor para sus familias. Muchos vienen como la familia y terminan siendo separados. Eso me desgarra. Yo como hija de una inmigrante, una mujer que decidió salir de su país, dejar a sus hijos, cruzar el desierto para poder venir a Estados Unidos, los entiendo”, afirma Ana.

Pensando en el futuro

Esta comunicadora quiere seguir creciendo profesionalmente. Ana explica que “quiero hacer cosas grandes en entretenimiento y en deportes. Y quiero por primera vez no ponerme límites. Cuando estaba chavita y buscaba con todo mi afán el sobrevivir, el mantenerme bien, el tener estabilidad económica. Me cerraba mucho. Me daba miedo tomar riesgos. Me ponía muchos techos, muchas barreras, precisamente buscando la zona de confort. Ahora no quiero hacer eso, quiero retarme a no tener miedo y ya”.

Esta hondureña fue la presentadora en inglés de la escogencia de las ciudades del Mundial de Fútbol 2026. Demostró que está lista para hacer el cruce a la televisión angloamericana, si ella quisiera. Sin embargo, por el momento Ana indica que tiene claras sus prioridades. “No soy una máquina de trabajo. Yo recuerdo que tengo muchísimas cosas más importantes como la familia. Y lo recuerdo a dar una caminata e ir al parque o al cine con mis niños. Amo mi trabajo, pero recuerdo cuáles son mis prioridades”, concluyó.