Por: Arturo García
Tuve la oportunidad de conocer el bello país de Guatemala. Una de mis mayores motivaciones ha sido sin duda alguna, la curiosidad y el interés que tengo por la cultura Maya, civilización que destacó por sus grandes conocimientos en astronomía, matemáticas, ingeniería, arquitectura y arte en todas sus manifestaciones, entre muchas otras cosas.
No es de sorprender que los descendientes directos de esa cultura ancestral—los mayas de la Guatemala actual—posean un gran talento artístico que se refleja no únicamente en la escultura y la cerámica. También se destacan en la pintura en todos sus formatos, entre ellos, aquél en el que mejor se representan los rasgos sociales de un pueblo: el muralismo.
Visité el pintoresco Lago Atitlán y su gran comunidad artística formada en su mayoría por mayas descendientes de los grupos cakchiqueles y tzutuhiles. San Pedro La Laguna es uno de estos pueblos que se encuentran a las orillas del lago cuya principal fuente de ingreso es el turismo, en su mayoría proveniente de la venta de las artesanías que allí se hacen.
Recorrí pueblos aledaños como lo son San Juan La Laguna, Santa Catarina Palopó, y San Luis Tolimán por mencionar solo algunos. En un recorrido que di partes a pie y partes en Tuk Tuk, medio de transporte, por sus pintorescas calles, capturé las imágenes de murales públicos que en su lenguaje artístico y colorido nos hablan de la cultura.
Estas piezas de arte público ilustran de igual forma la forma de vida de los mayas de hoy día que. Ellos aún viviendo las secuelas de la colonización, conforman un pueblo fuerte cuya dignidad se hace notar en esta forma de expresión que nos muestran con sus murales.