Por Arturo García
La historia oral narra que la Virgen María, madre de Jesús, se le apareció a Juan Diego, un indio de origen chichimeca, en el cerro del Tepeyac, al norte de la Ciudad de México, hace poco más de medio siglo. La manifestación habría sido a través de una imagen que apareció impresa en el ayate que llevaba puesto el indio y que utilizaba para cosechar los frutos de la tierra, donde en aquella ocasión acarreaba rosas recién cortadas que la inmaculada le habría encomendado llevar al obispado para que en su honor le fuera erigido un templo.
Un milagro para los creyentes, argucia del nuevo imperio colonizador para los no creyentes, la Santa Virgen María de Guadalupe, cuyo nombre significa “el santo cauce del río que porta el agua viva y la luz verdadera”, pronto fue protagonista, según la fe católica, de numerosos milagros que se le fueron atribuyendo a través del tiempo.
El tiempo también ha sido pieza clave para definir el rumbo de la milagrosa imagen, cuyo culto se celebra con numerosas peregrinaciones y cuya presencia es apreciada en casi todas las iglesias católicas y sitios de veneración a través del mundo. Pero hay más. Su imagen ha sido también estandarte de levantamientos bélicos, de protestas de justicia social, de marchas indígenas, y hasta de proselitismo político.
Manifestaciones culturales y artísticas también han brotado de esta fuente. Movidos por la fe, por la belleza estética de la imagen o por identidad, la Virgen de Guadalupe ha sido el motor de donde han brotado todo tipo de expresiones artísticas tales como obras de teatro, danzas, musicales, textos literarios y un sinnúmero de muestras en las artes plásticas a través de esculturas, pinturas, dibujos, murales y diseños arquitectónicos.
La Virgen Morena, pintura al óleo por Arturo García
En Estados Unidos, donde la población latina continúa creciendo, los brotes conmemorativos ya no solo son de carácter religioso sino también de carácter cultural ya que hay un lazo de identidad entre Tonantzin, La Morena, y la comunidad inmigrante que en fechas recientes ha sufrido un sinnúmero de atropellos raciales, y culturales.
Altar a la Virgencita por Norberto Mojardín y el grupo de gestores culturales Co.Lectiva.
En ciudades santuario tales como Los Ángeles, Chicago o Denver, donde la percepción migratoria y cultural están en un nivel de conciencia más elevado, grupos de personas y colectivas artísticas han sido protagonistas de celebraciones con el fin de unificar la cultura latina a través de la imagen de la Virgen de Guadalupe, ahora también, Madre de la identidad de los inmigrantes.
Algunos datos históricos de la aparición mariana y del contenido de este artículo fueron extraídos por distintos textos del Nican Mophua (aquí se narra, en idioma Nahuatl).