Por Nancy Álvarez

Cada día, el mundo me sorprende más. Tristemente, no es una sorpresa agradable. En Estados Unidos, un policía arrestó a una niña de seis años por dar una patada en la escuela. Le pusieron esposas y la llevaron en un carro de policía como si fuera una delincuente. Pero, la cuestión no termino ahí. ¡Hasta las huellas le tomaron!

Cuenta su abuela que, después de que la soltaron, la niña se quejaba del dolor de las esposas. Si a mi hija alguien le hubiera hecho algo así, no sé de lo que sería capaz. ¿Hasta cuándo las personas que bregan con niños serán unos ignorantes en la psicología infantil?

Por si usted no lo sabe, algunas leyes -a menos que las hayan cambiado- aún permiten que los profesores peguen a los niños. Da vergüenza ajena que el país más poderoso del mundo no entienda que un niño no es lo mismo que un adulto y que su cerebro no registra las cosas de igual modo.

Esto es simplemente un abuso al menor. Y, como siempre digo, un país que no protege a sus niños ni a sus viejos, no merece la pena llamarse país. Una vez, un juez dijo que prohibirle a un niño ver juegos violentos es no respetar sus derechos.  Yo le contesté por televisión: “dele la licencia para manejar, ya que tiene cinco años”.

Las consecuencias

Así, el niño podía decidir el tener permitido el ver y jugar, también podría autorizarlos para manejar. Definitivamente, estamos locos. Son muchas las consecuencias para la niña arrestada por el policía: ella, definitivamente, se creerá una niña mala y bajará su autoestima. Si tiene alguna situación negativa en casa, se empeorará.

Y no piense que apruebo que la pequeña diera una patada y además hiciera un berrinche. Ella debió ser castigada, y la escuela investigar las posibles razones emocionales que la llevaron a responder así. A esa edad, los niños no piensan lógicamente. Su mente funciona diferente.

 

Los pequeños sienten, casi siempre, que todo lo malo que sucede es su culpa. Por ejemplo, cuando sus padres se divorcian. Imagínese el caos que aún hoy, si no fue llevada a terapia, hay en esa cabecita. Y tanto que hablamos de acoso y abuso a los niños, me imagino lo que le habrán dicho sus compañeros de escuela.

Las burlas y el rechazo producen miedos y ansiedad. De hecho, la abuelita contó que, al regresar a casa, temblaba y lloraba sin parar. Otra consecuencia es que desarrolle fobia a la escuela. Pesadillas, miedos, falta de concentración, bajo rendimiento…

Ojalá que un senador pueda leer esta columna. Alguien debería hacer algo para tener policías que, si entran en una escuela, sepan lo que hacen y no nos avergüencen ante el mundo civilizado.

 

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