Por Arturo García
El sábado, 29 de febrero, tuve la oportunidad de darme una vuelta por Re:Vision en el barrio Westwood de Denver donde celebran el primer Festival de Mole. En este festival, distintos participantes, chefs y amateurs, compitieron para entregar su mejor receta. El jurado estuvo compuesto por nada menos que los asistentes que aprobaron n los distintos moles que se ofrecieron. En esta exhibición destacaron las recetas oaxaqueñas, poblanas, yucatecas y de otras regiones de México.
Las culturas se definen por distintos componentes que dan forma al vitral del origen que las conforman. Después del idioma, el arte en todas sus manifestaciones, incluyendo el culinario es probablemente el alma de las culturas. En este último, el sabor se convierte en una especie de embajador que une y avienta lazos a quienes se deleitan con su riqueza donde la puerta a la cultura es el paladar.
El mole es una salsa mexicana con la que se preparan algunos de los platillos más representativos de México. Hay muchas variedades de mole. Aunque los más conocidos son el mole poblano y los moles oaxaqueños, en los estados del sur se preparan distintas variaciones de ese rico platillo que, como saltimbanqui, hace acrobacias en los lazos dulces como en los salados volviendo locas a las glándulas salivales de ese gran circo que es la boca.
El mole es un platillo cuyo origen nos remonta a la época prehispánica, y que a través de los siglos se ha ido transformando al igual que su cultura. La palabra nahua mulli significa “salsa”. En el Vocabulario en lengua castellana y mexicana, de 1571 de Alonso de Molina, se traduce la frase salsa o potaje de chilli, como chilmulli, de donde se deduce y comprueba que mulli significa salsa. En cuanto a los componentes, el mole se puede preparar con pollo, guajolote, cerdo, e incluso de vegetales para quienes no comen carne.
En festival de mole, cuyo éxito se pudo medir en su primera entrega, será sin duda una nueva ventana cultural donde se muestre la riqueza y aportación de los latinos en Estados Unidos. ¡Bravo! por Re:Vision, y a todos los que contribuyeron a que este festival se hiciera posible.
Re:Vision lidera un proyecto de revitalización multifacética llamado RISE Westwood, un cubo comunitario para una economía sustentable, inclusiva y de resistencia, dándole fortalecimiento a una nueva ola de emprendedores.