Redacción CASA Magazine
Dormir es una actividad fundamental para mantener una buena salud física y mental. Respetar las horas de sueño según corresponda a la edad e intentar mejorar la calidad del mismo tendrán efectos positivos a corto y largo plazo.
No haga mucho caso de la frase “ya dormiré cuando esté muerto”. Si lo hace, tal vez ese momento le llegue antes de lo esperado. Dormir es una actividad biológica fundamental para la salud física y mental. Recientemente saltó a las páginas de medios internacionales un estudio llevado a cabo por la Universidad de California sobre los 12 miembros de una misma familia que solo necesitaban dormir cuatro horas y media, de media, al día.
Pero, aunque esta familia, debido a una mutación en un determinado gen, no necesitaba más tiempo, lo normal en un ser humano es que dedique a dormir entre siete y ocho horas del día.
No es un mito ni una pérdida de tiempo, dormir es fundamental para el desarrollo y funcionamiento del cerebro. Por ejemplo, mientras dormimos se consolida lo aprendido, los recuerdos y se “resetea” el cerebro.
Las células microgliales, importantes para la reorganización de las células nerviosas, la lucha contra las infecciones y la reparación del daño, también están activas mientras dormimos, según publicó la revista Nature Neuroscience. Esta investigación, refuerza la importancia de la relación entre el sueño y la salud del cerebro. Y por otra parte que establecida la relación entre el sueño y las enfermedades degenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.
¿Cuánto tiempo se debe dormir?
Investigadores del Colegio de Medicina de Pensilvania (EE.UU.) ha probado la relación entre la falta de sueño y algunas enfermedades crónicas, como la presión arterial alta o la diabetes. Estos expertos aseguran que las personas que duermen menos de seis horas pueden tener un desenlace fatal. Estas personas tenían el doble de probabilidades de morir por enfermedad cardíaca o por accidente cerebrovascular.
También aseguraron que los enfermos aquejados de enfermedades de corazón o de accidentes cerebrovasculares tenían tres veces más probabilidades de morir de cáncer si tenían un sueño deficiente, por debajo de las seis horas. Las necesidades de sueño varían dependiendo de la edad y otras características de los individuos, pero existen unas directrices generales que pueden ayudar a marcar una pauta de descanso más saludable.